Esta semana qué o a quién estoy buscando si...
Además del cuadro de arriba, esta semana las pistas van sobre aspectos comunes:
i. ¿Qué tienen en común Leonardo da Vinci y Miguel Ángel?
ii. ¿Y Rembrandt y los hermanos Jan/Hubert van Eyck?
iii. Y, por último, ¿qué tienen en común Álava y Jaén?
Teniendo en cuentas estas pistas, ¿qué o a quién estoy buscando? Suerte!!!

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En la primera pista, Leonardo da Vinci y Miguel Ángel representan el Renacimiento italiano, el momento en que el pensamiento europeo se libera del dominio absoluto de la religión y pone al ser humano en el centro. Nace así el humanismo, la fe en la razón, en el conocimiento y en la capacidad individual para comprender el mundo. Ese impulso intelectual será la base del pensamiento ilustrado que, siglos más tarde, inspirará la Revolución.
La segunda pista, con Rembrandt y los hermanos Van Eyck, nos traslada al norte de Europa y al desarrollo del realismo y la pintura burguesa. En sus obras el protagonista ya no es el rey ni el santo, sino el ciudadano común, el hombre y la mujer de la calle. Este cambio artístico refleja una transformación social profunda: la burguesía comienza a tomar conciencia de su papel y de su poder frente a la aristocracia. Esa clase media ilustrada será, precisamente, la que impulse la Revolución en Francia.
La tercera pista, Álava y Jaén, apunta a hechos concretos: las batallas de Vitoria y de Bailén, dos enfrentamientos clave en la Guerra de la Independencia Española, conflicto nacido de la expansión napoleónica. Napoleón es, en última instancia, la consecuencia política y militar de la Revolución Francesa, el portador de sus ideales a toda Europa.
La imagen del cuadro “El grito”, de Edvard Munch, encaja simbólicamente como la expresión última de esa transformación: el ser humano moderno, libre pero también angustiado ante un nuevo mundo en el que ya no hay certezas absolutas. Si el Renacimiento exaltaba la razón y la belleza, la Revolución abrió las puertas a la libertad… y también al vértigo de la responsabilidad individual.
Winston Churchill, el artífice del renacer y la unidad de Europa del Norte.
El Grito, pintado por el noruego Edvard Munch, representa la profunda ansiedad y la angustia existencial que atravesó Europa, especialmente su región norte, durante la segunda guerra mundial.
Que tiene en común, Leonardo da Vinci y Miguel Ángel, los dos son genios del Renacimiento italiano, representan el renacer cultural de Europa en el sur tras la Edad Media. Paralelamente, Jan y Hubert van Eyck y Rembrandt simbolizan el florecimiento cultural del Norte europeo. Estos dos movimientos reflejan la idea de un renacer cultural que recorre todo el continente, desde el sur hasta el norte, en diferentes épocas y formas.
Álava y Jaén, dos regiones españolas muy distintas por clima, cultura y geografía, comparten la distinción de tener paisajes declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, institución cuyo objetivo es preservar la paz y la unidad cultural a nivel global.
Winston Churchill, tras la Segunda Guerra Mundial, construyó el camino para el renacer de Europa del Norte y Occidente. Churchill fue uno de los primeros en promover la idea de una Europa unida y cooperativa, para evitar futuros conflictos y asegurar la paz, una idea que sigue vigente y está en la base de la Unión Europea.
El Grito puede simbolizar la región del norte europeo que Churchill defendió y ayudó a recuperar. La ansiedad y tensión de Munch representan el contexto histórico de la guerra, y la recuperación cultural del Renacimiento, tanto italiano como del norte europeo. Finalmente, la conexión con Álava y Jaén y la UNESCO subraya la importancia de preservar la diversidad cultural y fomentar la cooperación internacional para alcanzar la paz, algo central en el legado político de Churchill.
Leonardo da Vinci y Miguel Ángel representan el arte italiano del Renacimiento, cuyas obras fueron codiciadas y saqueadas por los ejércitos napoleónicos.
Rembrandt y los hermanos Van Eyck simbolizan el arte flamenco y del norte de Europa, también muy apreciado y objeto de expolio en aquella época.
Álava y Jaén nos remiten a las batallas de Vitoria y Bailén, escenarios decisivos de la Guerra de la Independencia Española, en la que participaron los ejércitos franceses.
El punto de unión entre todas las pistas es el mariscal Soult, uno de los principales generales de Napoleón. Durante la ocupación francesa de España, Soult saqueó sistemáticamente iglesias y museos, especialmente en Andalucía, llevándose centenares de obras maestras de artistas italianos, flamencos y españoles. Su colección privada llegó a incluir cuadros de Murillo, Rafael, Tiziano o Rubens, entre otros.
Tras su derrota en Vitoria (Álava), gran parte del botín artístico fue recuperado o se perdió en la retirada francesa.
Fue el general francés responsable del ejército en la batalla de Vitoria (Álava) y participó en la expulsión, retirada y pérdida del botín artístico y cultural francés.
En la batalla de Bailén (Jaén), aunque no fue el comandante principal allí, la retirada de las tropas napoleónicas por toda la península supuso el extravío y recuperación de obras de arte pertenecientes a artistas como Da Vinci, Miguel Ángel, Rembrandt y los Van Eyck.
El Mariscal Soult fue rechazado, y Masséna no encaja exactamente: Jourdan es el punto común real entre los dos escenarios (mandó en Castilla durante la retirada y fue responsable final de las tropas francesas en el norte y el sur).
Leonardo da Vinci y Miguel Ángel: representan el arte italiano renacentista, una de las escuelas mejor representadas en el Prado gracias a la colección real española (por ejemplo, obras de Rafael, Tiziano, Tintoretto…).
Rembrandt y los hermanos Van Eyck: aluden a la pintura flamenca y neerlandesa, también pilar de las colecciones del museo, con piezas fundamentales como El jardín de las delicias de El Bosco o Las tres gracias de Rubens.
Álava y Jaén: estas provincias remiten a los orígenes de las colecciones reales, ya que muchas de las obras provinieron de conventos y monasterios desamortizados durante la Guerra de la Independencia, pero también pueden apuntar a la ubicación y expansión de la pinacoteca nacional (la “unidad de España” artística).
Conclusión: las tres pistas tienen como nexo común el arte europeo reunido en España, y el hecho histórico que marca la relevancia del lugar sería la creación del Museo del Prado en 1819, símbolo de la conservación del patrimonio pictórico europeo en nuestro país.
Hola, soy Jorge Conde Molleda. Las tres pistas propuestas nos conducen a un mismo concepto: la procedencia o el origen expresados a través de los nombres propios, y finalmente a una figura concreta: Edvard Munch.
En la primera pista, Leonardo da Vinci y Miguel Ángel nos remiten al Renacimiento italiano y a la costumbre de identificar a los artistas por su lugar de procedencia mediante partículas como da o di, que significan “de”. Estas formas reflejan una época en la que el origen geográfico era parte esencial de la identidad personal y artística.
La segunda pista, con Rembrandt y los hermanos Van Eyck, nos traslada al norte de Europa, donde aparece la partícula neerlandesa van, también equivalente a “de” o “desde”. De nuevo, el apellido se convierte en una marca de pertenencia, un vínculo con la tierra o la familia de origen, una constante cultural que une a los grandes maestros de distintas épocas y regiones.
La tercera pista, Álava y Jaén, completa el recorrido con ejemplos cercanos: ambos son topónimos españoles que se emplean con la preposición de, reforzando la idea de procedencia y pertenencia.
La imagen del cuadro “El grito”, del pintor noruego Edvard Munch, cierra el enigma. Su nacionalidad —Munch, de Noruega— y su obra simbolizan la expresión más profunda del ser humano moderno: un individuo consciente de su propio origen, pero también de su aislamiento y angustia ante el mundo. En él confluyen todas las pistas, pues su identidad y su arte están inseparablemente ligados a su tierra y a su tiempo.
En conclusión, las pistas aluden al concepto de origen o procedencia expresado mediante las partículas *de*, *da*, *di* o *van*, y la persona buscada es Edvard Munch.
Yo creo que es José I Bonaparte (“Pepe Botella”).
Leonardo y Miguel Ángel remiten al Renacimiento italiano, núcleo de muchas colecciones reales y eclesiásticas en España. Durante la ocupación se inventaron y prepararon traslados a Francia de escuelas italianas. Ese bloque de arte formó parte del célebre “equipaje del rey José”.
Rembrandt y los Van Eyck apuntan a la tradición flamenca/neerlandesa, muy abundante en patrimonio español. También estuvo entre las obras movilizadas y expoliadas durante la guerra. Esas piezas del Norte viajaban igualmente en los convoyes vinculados a José I.
Jaén evoca Bailén (1808), primera gran derrota francesa que desestabiliza su reinado. Álava evoca Vitoria (1813), donde se perdió el convoy con tesoros y cuadros del “equipaje del rey José”. Ambas provincias encuadran su caída en España y conectan con el botín artístico de las otras pistas.
La primera pista menciona a Leonardo da Vinci y Miguel Ángel, maestros del Renacimiento italiano, mientras que la segunda menciona a Rembrandt y los hermanos Jan y Hubert van Eyck, grandes pintores del Norte de Europa. En conjunto, estas referencias señalan obras de arte europeas de altísimo valor, codiciadas por ladrones.
La tercera pista, las batallas de Vitoria y Bailén, nos sitúa en España, indicando que el robo tuvo relación con territorio español o con la protección de obras dentro del país. Por último, la cuarta pista, “El Grito” de Munch, recuerda un caso moderno de robo de arte, reforzando el patrón: obras maestras europeas son vulnerables a los robos y al saqueo.
Todas estas pistas convergen en un caso histórico: el robo de la obra “La Santa Generación” de Fernando Yáñez, discípulo de Leonardo da Vinci, durante la Guerra Civil Española. Para proteger la obra del saqueo y la destrucción, Salvador Gijón, un maestro republicano, la retiró del Museo del Prado. Tras la guerra, fue acusado falsamente de robarla y condenado injustamente por el régimen franquista.
Así, el ladrón “acusado” fue Salvador Gijón, y el robo se refiere a la supuesta desaparición de “La Santa Generación”. Este caso conecta las pistas: obras renacentistas y barrocas de Europa (da Vinci, Miguel Ángel, Rembrandt, Van Eyck), España como escenario (batallas) y la vulnerabilidad de las obras de arte (El Grito).
Las pistas propuestas nos llevan a Vincenzo Peruggia y al robo de la Mona Lisa en 1911
En la primera pista, Leonardo da Vinci representa el Renacimiento italiano y es el autor de la Mona Lisa, mientras que Miguel Ángel simboliza la gran tradición artística europea que se concentra en Francia, en el Louvre, lo que nos permite conectar Italia y Francia a través del arte
La segunda pista, con Rembrandt y los hermanos Van Eyck, nos traslada al norte de Europa y al desarrollo de la pintura flamenca y holandesa, cuyas obras también se encontraban en el Louvre, mostrando cómo el arte europeo estaba reunido en Francia, uniendo distintos estilos y épocas
La tercera pista, con Álava y Jaén, hace referencia indirecta a España y al expolio de obras durante las guerras napoleónicas, recordándonos que muchas piezas artísticas habían viajado entre países europeos y que la movilidad del arte generaba tensiones y robos
Finalmente, El Grito de Munch simboliza la sorpresa y el horror que provocó la desaparición de la Mona Lisa, reflejando la conmoción pública y mediática que acompañó al robo
Vincenzo Peruggia, obrero italiano que trabajaba en el museo, fue la persona que sustrajo la obra con la intención de devolverla a Italia y el hecho que conecta todas las pistas es precisamente el robo de la Mona Lisa en 1911
Las pistas propuestas nos llevan a Vincenzo Peruggia y al robo de la Mona Lisa en 1911
En la primera pista, Leonardo da Vinci representa el Renacimiento italiano y es el autor de la Mona Lisa, mientras que Miguel Ángel simboliza la gran tradición artística europea que se concentra en Francia, en el Louvre, lo que nos permite conectar Italia y Francia a través del arte
La segunda pista, con Rembrandt y los hermanos Van Eyck, nos traslada al norte de Europa y al desarrollo de la pintura flamenca y holandesa, cuyas obras también se encontraban en el Louvre, mostrando cómo el arte europeo estaba reunido en Francia, uniendo distintos estilos y épocas
La tercera pista, con Álava y Jaén, hace referencia indirecta a España y al expolio de obras durante las guerras napoleónicas, recordándonos que muchas piezas artísticas habían viajado entre países europeos y que la movilidad del arte generaba tensiones y robos
Finalmente, El Grito de Munch simboliza la sorpresa y el horror que provocó la desaparición de la Mona Lisa, reflejando la conmoción pública y mediática que acompañó al robo
Vincenzo Peruggia, obrero italiano que trabajaba en el museo, fue la persona que sustrajo la obra con la intención de devolverla a Italia y el hecho que conecta todas las pistas es precisamente el robo de la Mona Lisa en 1911
Yo creo que es el Duque de Wellington (Arthur Wellesley) y el “Retrato del Duque de Wellington” de Goya.
Pista 1 (el cuadro de Munch): Señala el hilo de “robos de arte famosos”. No apunta al ladrón, sino a que la solución combina una persona y un cuadro célebremente sustraído. Es el marco temático para leer el resto de pistas.
Pista 2 (Leonardo y Miguel Ángel): Remiten a la gran escuela italiana, muy presente en el botín artístico napoleónico capturado tras Vitoria y en la colección asociada a Wellington. Indican el primer “punto común” artístico: Italia.
Pista 3 (Rembrandt y los Van Eyck): Dirigen a la tradición flamenca/neerlandesa, el segundo bloque clave de pinturas que circuló en esas campañas y colecciones británicas. Refuerzan la idea de escuelas del Norte como otro “punto común”.
Pista 4 (Álava y Jaén): Aluden a Bailén (Jaén) y Vitoria (Álava), batallas decisivas en España; en Vitoria, Arthur Wellesley (Duque de Wellington) derrota a José I y se incauta el “equipaje del rey José”. Así se ata la persona (Wellington) con el cuadro vinculado a él (el retrato de Goya, luego famoso por su robo).