Por qué compramos móviles (fotografía de Judith Prat) por Patricia Pinto
Excelente fotografía de Judith Prat (más imágenes de este fotoreportaje aquí; más detalles aquí) que refleja el drama de todos aquellos que trabajan en las minas de coltán en la República Democrática del Congo.
Debemos recordar que todos nuestros dispositivos electrónicos poseen coltán, un mineral que ha provocado numerosas guerras debido a su explotación ilegal (más detalles aquí). Más cosas. La mayoría de los móviles que utilizamos son envasados por la compañía Foxconn (más información aquí y aquí), en la cual más de la mitad de los empleados trabajan más de seis días a la semana y más de sesenta horas semanales y, en ocasiones, no llegan a recibir sus salarios (de hecho, en 2011 se produjeron cuatro muertos y casi ochenta heridos por estas razones; más aquí).
Como ejemplo del desajuste entre los costes de producción y los gastos de consumo tenemos el Iphone 7. La fabricación de este modelo no llega a los 200 euros, mientras que, por ejemplo, en España los precios superan los 750 euros. Esto supone un beneficio de más de 500 euros por producto (más detalles aquí). ¿Quiénes son los culpables?: ¿Los fabricantes? o ¿nosotros, los consumidores? Y es que como consumidores seguimos comprando estos productos a pesar de conocer estos hechos y la explotación que se esconde tras ellos. ¿Por qué?
Debemos recordar que todos nuestros dispositivos electrónicos poseen coltán, un mineral que ha provocado numerosas guerras debido a su explotación ilegal (más detalles aquí). Más cosas. La mayoría de los móviles que utilizamos son envasados por la compañía Foxconn (más información aquí y aquí), en la cual más de la mitad de los empleados trabajan más de seis días a la semana y más de sesenta horas semanales y, en ocasiones, no llegan a recibir sus salarios (de hecho, en 2011 se produjeron cuatro muertos y casi ochenta heridos por estas razones; más aquí).
Como ejemplo del desajuste entre los costes de producción y los gastos de consumo tenemos el Iphone 7. La fabricación de este modelo no llega a los 200 euros, mientras que, por ejemplo, en España los precios superan los 750 euros. Esto supone un beneficio de más de 500 euros por producto (más detalles aquí). ¿Quiénes son los culpables?: ¿Los fabricantes? o ¿nosotros, los consumidores? Y es que como consumidores seguimos comprando estos productos a pesar de conocer estos hechos y la explotación que se esconde tras ellos. ¿Por qué?
Comentarios