Esclavos en Sevilla y Cádiz


Con motivo de la entronización de Fernando VI y Bárbara de Braganza en 1747 se celebraron numerosos homenajes en Sevilla. Así por ejemplo, Cansino Casafonda publicó un libro en 1748 ilustrado por ocho grandes lienzos pintados por el pintor sevillano Domingo Martínez. Estos lienzos (actualmente en el Museo de Bellas Artes de Sevilla) representaban los carros triunfales que desfilaron por la ciudad hispalense en la Máscara que los obreros de la Real Fábrica de Tabacos organizaron para celebrar la coronación de los monarcas. En el denominado El Carro del Aire se puede apreciar en la esquina derecha del cuadro una cuadrilla de negros y negras con sus mejores ropas, al tiempo que bailan y tocan distintos instrumentos (una visión completa del cuadro aquí; una imagen detallada aquí). No son los únicos, ya que también se pueden apreciar otras cuadrillas procedentes de Madagascar y Abisinia (actual norte de Etiopía). Aproximadamente entre 1500 y 1700 numerosos africanos del oeste y del interior fueron trasladados desde el golfo de Guinea hasta Cádiz y Sevilla para ser vendidos como esclavos. En ambas ciudades la población negra llegó a alcanzar en algunas épocas -sobre todo en la segunda mitad del siglo XVI- el 10% de su población total (más información aquí). Tras la Guerra de Sucesión Española y la firma del tratado de Utrecht (1713), Gran Bretaña terminó con el monopolio comercial de España en sus propias colonias y monopolizó el comercio de esclavos negros a nivel mundial. El tratado de Utrecht debía permitir a Gran Bretaña, en función del Tratado del Asiento de Negros (1713), la venta anual de 4,800 esclavos negros en las colonias españolas durante un periodo de treinta años hasta 1743 (en total 144,000). Igualmente se permitía, mediante el denominado “navío de permiso”, el comercio directo británico con las colonias españolas por el volumen de mercancías que pudiese transportar un barco de 500 toneladas de capacidad. A tales efectos, se puede leer el “Tratado entre a las coronas de España é Inglaterra, tomando esta á su cargo el asiento de negros para surtir á la América española, concluido en Madrid el 26 de marzo de 1713”. A nivel mundial Gran Bretaña abolió la esclavitud en 1807 y gran parte de los países europeos en el Congreso de Viena (1815). España tardó bastante más: aunque prohibió la trata de esclavos en 1817; la abolición efectiva no se produjo hasta 1870 (en la península), 1873 (en Puerto Rico) y 1880 (en Cuba), respectivamente. Y es que a mediados del siglo XIX, los puertos españoles de Cádiz, Santander y Barcelona eran algunos de los principales puertos a escala mundial que traficaban con esclavos. De hecho, empresarios como el Marqués de Comillas o el Conde Güell -que acabarían emparentando- se aprovecharon de la política proteccionista española con sus colonias en el Caribe y por extensión del tráfico de esclavos (más información aquí y aquí).

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