Esto lo permitieron los hombres ordinarios, ¿por qué?





El historiador alemán Nikolaus Wachsmann se pregunta ¿cómo los nazis pudieron encontrar a tanta genta malvada, más de 60,000, para dirigir los campos de concentración? Según el historiador Wachsmann “la mayoría de los guardianes, que Himmler y Eicke veían como soldados políticos, una élite, no eran psicológicamente anormales. Podían mostrarse brutales y violentos, sí, pero luego tenían vidas perfectamente normales. Lo que lleva a la pregunta ¿por qué? Que fueran fanáticos creyentes no es toda la historia. Querían imponerse a otros, probarse a sí mismos, ser duros, demostrar masculinidad” –el historiador apunta que las mujeres guardianas nunca fueron miembros de pleno derecho de las SS, no había paridad en las SS–. “Pero los guardias no eran unos sádicos en general, solo unos pocos sufrían alguna disfunción psicológica. No había tantos monstruos como cree generalmente la gente. Ya lo dijo Primo Levi (aquí, aquí y aquí): lo más peligroso son los hombres ordinarios”. Más detalles sobre el reportaje realizado por Jacinto Antón para El País aquí. Recientemente Waschsmann ha publicado un libro titulado KL Historia de los campos de concentración de los nazis donde saca a la luz sorprendentes revelaciones sobre el funcionamiento y el alcance del sistema de los campos de concentración (más detalles aquí y aquí).

La fotografía se tomó en noviembre de 1938 en Buchenwald y se corresponde con algunos de los 28,000 varones judíos llevados a los campos de concentración tras el progromo de la noche de los cristales rotos.

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